La comunidad rural de Esquipulas, en el pintoresco municipio de Yalagüina, vio nacer hace 111 años a quien, con gallardía, firmeza y amor patriótico, defendería los ideales libertarios de su pueblo, el Coronel José Santos López.
En el seno de una humilde familia campesina, nace el 12 de diciembre de 1914, forjando desde esa raíz una vida de entrega a la causa patriótica y antiimperialista, la lucha revolucionaria por la libertad y la justicia de su pueblo, los obreros y campesinos. Su madre quien viajaba con frecuencia a los minerales de San Albino, marcó la ruta en el destino del Niño Soldado de Yalagüina, como solían llamarle.
En 1926, siendo prácticamente un niño, se integró a la guerrilla como correo, su disciplina y valentía lo llevaron a dirigir a otros jóvenes en el grupo que el General Augusto C. Sandino llamó el Coro de Ángeles.
A los 17 años, sin haber alcanzado aún la adultez, fue nombrado jefe de destacamento y pasó a formar parte del Estado Mayor del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSN) con el grado de coronel.



Tras la firma del Pacto del Espino Negro en 1927, decidió acompañar a Sandino en la lucha contra la intervención estadounidense, convirtiéndose en un vínculo fundamental entre el EDSN y las nuevas generaciones revolucionarias que más tarde darían vida al Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En 1934 integró la comitiva que acompañó a Sandino a las conversaciones de paz con el gobierno de Juan Bautista Sacasa, proceso que culminó con el asesinato del General y varios de sus jefes por orden del director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García. Después de un intenso intercambio de balas, Santos López se trasladó a León y posteriormente a Honduras, donde vivió en la clandestinidad, perseguido por la Guardia Nacional.
A lo largo de su vida combatió en 216 enfrentamientos en nombre de su pueblo. Su trayectoria guerrillera y su firmeza revolucionaria lo convirtieron en un símbolo perdurable y tras su fallecimiento el 9 de febrero de 1965 en Cuba, fue declarado Héroe Nacional, reconocido como el puente vivo entre las generaciones fundadoras y las nuevas generaciones del sandinismo.
















